Esta palabra tiene una historia curiosa. Los romanos llamaban idiotes a quienes no conocìan el latìn, porque idios era en griego <>: un idiota era el que sòlo sabìa su lengua y desconocìa otras. Idiota fue pues, en un principio, el que no sabìa lenguas, después el que no sabìa un oficio, después el que no sabìa nada y, finalmente, idiota es en la actualidad el que carece de inteligencia.
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